Sobre la pérdida no está todo escrito. Es un sentimiento tan universal como personal, tan temporal como vaporoso e intangible, tan humano… Malva (La Consentida, 2023), es el primer poemario de la leridana Maria Gateu y, sin embargo, la respiración profunda delata la madurez de una reflexión que, nuevamente, y de una nueva forma, encuentra las palabras adecuadas para agarrarte y decirte: “Batallo entre lo innombrable / sin riendas…”.
Y como cada pérdida se debe a su propia experiencia, Maria Gateu expone en Malva el tránsito entre la vida y muerte de su padre en un curioso juego de espejos entre dos tiempos, entre dos épocas, que dialogan, que se explican y que también se pierden entre las causas y sus efectos.
Compuesto por dos grandes apartados, el tiempo pasado y el tiempo presente (espejos) y, a su vez, en tres secciones, cada una de ellas: la niñez, la vida y la muerte, se enfrentan la biografía del padre y la no-biografía de la autora.
El libro comienza con un desenlace:
El silencio de la máquina
Sigue al de mi voz
Sé que su ruegoMe llama
“Malva” de Maria Gateu
habla
busca
y la consiguiente incredulidad que sobrevuela a la certeza:
Y de nuevo la máquina
su sonido y la no respuesta
Sé que todo élSe quema
“Malva” de Maria Gateu
Acaba
Ahoga.
Y desde ese punto de partida, se hunden las indagaciones en un pasado lejano, remontado hasta su abuela paterna, en la búsqueda de respuestas, en el necesario homenaje, a la dignidad que las palabras le otorgan al recuerdo. Al relato de la niñez y la vida del que fue un niño en la posguerra, y todos los detalles que la poesía de Maria Gateu impregna a los escenarios de una época plagada de intransigencias:
“Tus dedos son ya nichos
“Malva” de Maria Gateu
de sangre y de yagas
tras escarbar el rechazo
hasta convertirlo
en la cuna de tu herida.“
El texto alcanza su máxima expresión con el arrebato de emociones que sacuden su vida ante el colapso, la incomprensión tan abrumadora que sigue a la pérdida de algo tan necesario en tu composición del mundo. A lo largo de la historia los poetas le han llorado con palabras a la pérdida, pero aquí el lenguaje de Maria Gateu no es de llanto, es la lucha encendida entre el desconcierto y la aceptación irremediable, pero inexplicable. La conciencia, creo yo, la única conciencia palpable en ese momento es el peso del vacío:
“Hay un baile con y en el precipicio
“Malva” de Maria Gateu
del temor y del antojo.
Deslizarse al vaivén de lo desconocido
potencia y mengua las propiedades del ser.“
El poemario lo cierra un epílogo de la también poeta Cleofé Campuzano e investigadora acerca de la muerte como experiencia de vulnerabilidad humana en la literatura contemporánea, profundizando en el tratamiento del dolor por la pérdida. Decía yo que sobre la pérdida no estaba todo escrito. Quizás, y a pesar de lo universal, y a pesar de la fuerza y del desagarro; quizás, por eso o, por lo contrario, quizás porque es, ante todo, un dolor solitario, sea un tema que nos haya dejado sin palabras, sin diálogo. Dice Cleofé: “El mundo sigue con su longeva mudez sobre la muerte”. Y quizás por eso, sea bueno contarlo. La malva es una planta sensible y bella que nace, sin embargo, en los lugares más duros.
Sobre la autora:
Maria Gateu (Lleida, España, 1991) es licenciada en Estudios Literarios (UB) y máster en Periodismo Cultural (UPF). Ha dedicado prácticamente toda su carrera profesional al periodismo, especializándose en cine y música. Por ello, ha escrito en medios locales y estatales, y actualmente comparte su voz con los oyentes de Ràdio Rosselló. Malva es su primer poemario y también un repaso por sus raíces paternas, por sus silencios familiares y por su propia individualidad, reflejada en esos espejos y transmutada.