Eres psiquiatra y poeta, ¿cómo crees que se da el diálogo creativo entre ambas formas de ver y percibir el mundo?
Para intentar comprender cómo la poesía y la psiquiatría pueden dialogar, inicialmente debo mencionar, que el terapeuta convierte su ejercicio profesional en un arte, al entender y sentir que debe acercarse y tratar a los pacientes con empatía, con una mirada compasiva, brindando su apoyo y contención emocional, para que este haga uso, a su vez, del potencial sensible, artístico, subyacente en él. Todo terapeuta psicológico, de esta manera, encarnaría el arquetipo del centauro Quirón de la mitología grecolatina, quien sería ese sanador o curador herido, que se aproxima al enfermo, sabiendo que él también es vulnerable al sufrimiento, igual que ese otro a quien trata de curar; así, ambos, en la terapia, atravesarían ese camino hacia la sanación, en un proceso fructífero de crecimiento personal, espiritual, y de enseñanza creativa, artística.
Encontré frecuentemente, en mi práctica profesional, ejemplos de alta poesía, en los discursos y actuaciones de esas personas tomadas por la locura. De este modo, recuerdo con afecto, lo que me decía un paciente en su delirio, ya que él consideraba que hacía salir el sol todas las mañanas y que era capaz de crear a la naturaleza, diariamente; esto me parecía algo maravilloso y de una gran carga metafórica. Así, se ha dicho desde la antigüedad, que la locura está muy cercana a la creación divina, al mundo genésico de los dioses.
Para complementar lo ya dicho, voy a citar algunos versos, del poeta colombiano Raúl Gómez Jattin (1945-1997), quien padeció una enfermedad mental, y nos dejó su poesía memorable. En el texto que comparto, él habla del loco, desde su experiencia personal de vida creativa. El poema se llama “Me defiendo”:
“…Valorad al loco
“Me defiendo” de Raúl Gómez Jattin (1945-1997)
Su indiscutible propensión a la poesía […]
[…] Él nos representa ante el mundo
con su sensibilidad dolorosa como un parto”.
Eres un amante de las flores, ¿cómo piensas que la belleza material de las flores activa tu sentir poético?
Desde hace dos años, me he aficionado a tomar fotografías de las flores en los paseos que hago por parques, jardines y calles, de la ciudad donde habito. A raíz de estos encuentros más cercanos con las flores, he podido captar íntimamente, el esplendor de sus colores, aromas, formas y texturas diversas. Como poeta y fotógrafo, he aprendido a mirarlas con más amor, con sensibilidad intensa, y así, he descubierto un universo mágico y precioso, en su tiempo de abrirse al mundo, en ese ciclo continuo de la naturaleza. De esta manera, las he visto nacer desde sus brotes tiernos, vivir en su belleza resplandeciente al florecer, y luego, como en la existencia, ocurre el momento en que se marchitan, caen secas de sus tallos a la tierra que las recibe, que ellas también adornan, pero ya como alfombras de colores opacos, de texturas arrugadas, desleídas en ese viaje último suyo.
Las flores representan una ofrenda sutil para los sentidos del poeta, para la inspiración que brota de sus versos, en esa búsqueda permanente tras los pasos de la belleza, de lo inefable, del misterio que existe en la naturaleza y en el cosmos.
Por eso, en sus pétalos contemplo y percibo, la respiración y el palpitar de la creación, de la poesía.
Como docente, ¿piensas que la poesía y su saber metafórico, nos pueden ayudar a iluminar conceptos complejos o difíciles de comprender por los estudiantes?
La buena poesía, desde los tiempos antiguos, hasta hoy, ha tenido la capacidad de comunicar y conmover a sus lectores. En este sentido, ella puede ser captada y comprendida bastante bien, por los estudiantes, quienes muchas veces se convierten en ávidos y entusiastas lectores suyos. He tenido la grata oportunidad de compartir poesía con los jóvenes universitarios en las clases que dicto, y de esta forma ellos han conocido a autores universales, que hablan en sus versos de temas esenciales, profundos y eternos, tales como el amor, el paso del tiempo, la muerte, la tristeza, la alegría, el mal de la guerra y la vigencia de la paz. Todos estos aspectos han sido leídos con interés, en un ambiente de diálogo amable por parte de los alumnos y del profesor; constituyéndose en una experiencia hermosa y enriquecedora.
Entonces, claro, la poesía ha iluminado esas zonas que parecían, en un principio, complejas de entender para ellos, gracias a la potencia y vitalidad de sus metáforas, de su decir, de su música, que los ha hecho disfrutar y hasta crear sus propios poemas. Esto es algo que continuamente me ha sorprendido y maravillado, como docente y poeta.
¿Cuál es tu lugar favorito en la ciudad donde habitas para reflexionar o encontrar la inspiración poética y artística?
Los parques y plazas son mis lugares preferidos para leer, reflexionar poéticamente, para inspirarme, y tratar de conseguir visualizar, oír, los versos que acuden a mí, en esos ámbitos propicios, donde fluye el pensamiento creativo. En estos sitios entrañables, encuentro árboles, flores, pájaros, pozos de agua, y aquí elevo la mirada a lo alto, para contemplar el cielo y sus nubes, las luces de la mañana, del mediodía, del atardecer, y del comienzo de la noche estrellada. De este modo, trato de alcanzar un espacio para el sosiego emocional y espiritual, y poder sobrellevar así, la vida cotidiana, intentar trascenderla, por medio de los dones de la poesía.
¿Cuáles son tus próximos proyectos creativos?
Entre los proyectos que tengo en la actualidad, está el de poder publicar un libro inédito que ya revisé y di por culminado. Este texto inédito, percibo que me abrió las puertas a una nueva dimensión en lo que escribo, a un espacio de libertad creadora en lo formal y en lo temático. Con este libro, siento que el trayecto de mi poesía ha iniciado una expansión hacia la posibilidad de explorar novedosos caminos, y eso es un reto apasionante para mí en estos momentos.
Por otra parte, tengo varios poemas que empiezan a perfilarse como parte de un futuro libro, y a eso me dedicaré próximamente. También estoy preparando algunas selecciones poéticas de autores universales, sobre temas variados que me interesan, y espero que se conviertan en Antologías, con miras a ser publicadas posteriormente.
¿Qué consejos para descubrir la belleza o practicar la poesía, le puedes ofrecer a nuestros lectores y seguidores?
Recomendaría, en primer lugar, leer, y releer, en un ejercicio constante, para intentar llegar a ser buenos lectores, que sería la premisa de los amantes de la literatura, de la poesía. En relación con lo que lean, siéntanse en la libertad absoluta de acercarse a todas las tendencias de escritura, no se aten a modelos estilísticos, a dogmas de cualquier índole. Lean no solo poesía, también narrativa, ensayo, teatro, filosofía; vean mucho cine; oigan música magnífica; asistan a exposiciones de pintura, de escultura, de fotografías; alimenten su intelecto ampliamente.
En este viaje de formación lectora, creo que es conveniente sabernos pertenecientes a una tradición literaria, y para ello es necesario que conozcamos a los autores y sus obras, que nos precedieron, tanto los del país de origen, como los del tronco común de la lengua que hablamos, en este caso, ese tesoro del español o castellano. Si después de este trayecto como lectores, sienten el deseo, la vocación y la necesidad de escribir sus poemas, háganlo tratando de ser sus primeros críticos, dando lo mejor de ustedes, con apasionada y fervorosa entrega creadora. Y finalmente, y no menos importante, considérense siempre como aprendices, quienes a diario miren al mundo con asombro, como si por primera vez contemplasen la belleza y el misterio del universo. Y entonces, sí, probablemente, surgirán esos poemas esperados, que les permitan crear y vivir en poesía.
En La Barbería
Hoy
como todos los meses
desde hace diez años
visito al barbero
que cuida el paso de mis canas.
No hablamos de política
deportes
o del estado
del tiempo.
Entre nosotros
el sonido de las tijeras
y la mirada a través de los espejos.
Desde entonces conoce
la fragilidad de mis cabellos
y el significado de las palabras
adiós
y silencio.
Estación de metro
Esta mañana
en la estación de metro
un evangelista hablaba
de la necesidad
de ir por el buen camino
y de que Dios era
la única verdad.
Sonreí.
Todos a mi alrededor
seguían
a una altiva mujer
y su cuerpo moldeado
por un traje de cuero negro.
Al caminar desprendía
vaharadas de azufre.
Y busqué las palabras
del predicador.
En silencio
como yo
perdía su tren.
Iglesia
Ardo
en la luz de las velas
de esta iglesia barroca
sumergida en mí.
Y es la hora del diario ritual
consagrado por nosotros
santificados
por el cuerpo y sangre
de Cristo.
No es
la cera derretida de las velas
no es
la mirada de los santos
lo que hiere.
Y vuelvo a la puerta de la iglesia
a la calle y sus olores
que me envuelven
y me dejan desnudo
ya sin incienso
y sin luz.
De De Viajes y Encuentros (1994)
Palabras entre ruinas
Palabras derrumbadas como piedras antiguas
en la tierra del origen
y del adiós.
Verbo inocente malgastado
herencia de la lengua piadosa cruel
de dioses hoy casi mudos.
Palabras perdidas
en la desmemoria de nuestras voces
tan pesadas por su carga de años olvidados
de cháchara inútil.
Vocablos huecos
cortados en su tronco virgen
ofrezcan una oración amorosa
sencilla entre esta confusión de escombros
con el eco
con el aliento de esos nombres
tantas veces soñados
y así renazcan
en el seno de los labios más dulces.
El regreso del Fénix
El pájaro de fuego ha regresado a la tierra
—anunció el viejo poeta desde el jardín de las cenizas—
ha traído el sol afectivo a nuestros hogares
ofrendará el rocío a los hermanos desfallecientes
y el canto de la melodía ya olvidada en la aldea
—repitió el juglar con palabras teñidas de un esplendor raro
con aquella alegría íntima que también respirabámos.
Tras años de silencio ese día todo renació:
la voz del fénix la oración perdida el paisaje familiar.
En ese instante de epifanía vimos el aleteo suave
surgido de nuestras ruinas
la llama de amor viva que nos abrigaba
y cubría de rosas inquietas el suelo antes estéril.
Entonces tocamos su pecho lleno de voces inmortales
—siempre junto al oído y labios del poeta—
sentimos el calor de sus lágrimas balsámicas
hoy cuando el vuelo es la guía del camino
cuando este amanecer inédito revela
la rama dorada de nuestra esperanza renovada.
De Ruinas Vivas (2013)
José Luis Ochoa (1965) ha publicado los libros, De viajes y encuentros (Fondo Editorial Pequeña Venecia – Fundación CELARG, Caracas, 1994), Poemas (Editorial La Tinta del Alcatraz, México, 1994), Cantos hiperrealistas (Grupo Editorial Eclepsidra, Caracas, 1997), Ruinas vivas (Editorial Eclepsidra, Caracas, 2013). Fue ganador del Premio de Poesía Fernando Paz Castillo, otorgado por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) en 1992. Su obra poética ha sido incluida en antologías de poesía venezolana y extranjera, como en Nubes, Poesía hispanoamericana (Editorial Pre-Textos, Madrid, España, 2019). Es profesor de la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (UNEY). Forma parte del grupo Poetas sin fronteras/Ablucionistas (México), quienes realizan encuentros poéticos virtuales. Participa como Curador-Editor en el portal Ablucionistas. El reconocido poeta, ensayista y psiquiatra nacido en Valle de La Pascua, Venezuela, hizo una pausa en sus actividades creativas y profesionales para compartirnos una selección de sus mejores poemas y sus reflexiones sobre el arte, la psiquiatría, el lenguaje y la belleza poética.