La siguiente antología pertenece a poetas de diferentes países de Hispanoamérica. En estos poemas, sus autores y autoras se centran en temas tan diversos como la violencia de género, mujeres del pasado, relaciones familiares, la ciudad como un espacio de la infancia, el lenguaje, la salud mental. Hay quienes dicen que la poesía es un género muerto, por eso creemos pertinente abrir estos espacios en donde la poesía sea la evidencia de que el lenguaje poético se sigue reinventando y sigue naciendo en diversos sitios. Solo debemos dejar que germine.
Sara Montaño Escobar
Violencia de género*. Alberto Luis Collantes Núñez (España)

Todo comienza al escucharse un grito,
ruido ignorado que anticipa el llanto,
preludio de los golpes y del odio,
insomnio que ya sólo sueña miedo,
una espita de gas que enciende ira
en la oculta cocina de la calma.
Todo comienza al acabar la calma,
cuando asesina en el hogar un grito,
cuando el sueño frustrado torna en ira
y, exprimiendo al amor, lo vuelve llanto;
amamanta con lágrimas al miedo,
y educa a sus bastardos en el odio.
Todo comienza envuelto por el odio.
Huevos rotos de un nido ya sin calma.
Donde pudo haber aves, sólo hay miedo.
El trino de los pájaros es grito:
Un lamento sin plumas, como un llanto,
y un pichón prisionero de la ira.
Todo comienza al estallar la ira.
En las cenizas de un infierno de odio
un sufrimiento atroz deja su llanto.
Un dolor sin medida no halla calma.
El alarido infame es más que un grito:
Un llamado de auxilio desde el miedo.
Todo comienza al anidar el miedo.
En el nido los pollos, ya con ira,
reclaman su alimento con un grito
que regurgite de dolor su odio.
Ahítos de violencia hallan la calma
y duermen acunados por el llanto.
Todo termina siempre con el llanto.
Todo comienza siempre con el miedo.
Rota la paz, hay una falsa calma
que precede a los golpes y a la ira,
vestida de cobarde por el odio
y que pide socorro con un grito.
Todo empieza en un grito, acaba en llanto.
Todo es tan sólo miedo, vuelto odio,
que lleva hacia la ira y muere en calma.
*Primer premio ASEAPO de poesía en 2019.
Apiario Sur. Laura Nivela (Ecuador)

La ciudad es un apiario
mi cuerpo es un apiario
nada me pertenece.
Padre, te quería decir que le tengo pánico a las mariposas porque no encuentro rasgo humano en sus alas ni en sus colores. Padre, te quería decir que la guerra ha terminado.
Madre, sigo viendo abejas retorcerse en mi rostro y en mis brazos. Cada una de ellas dejó sus diminutos órganos incrustados en mi cuerpo. Madre, tu hija es un apiario.
No me pertenezco.
Cada abeja muerta es un resto del mundo abriéndose e implosionando en mi piel – lenguaje y virus en expansión, césped de millones de huesos olvidados. La piel es el mayor acercamiento al interior del cráter muerto.
De: El llanto de las sibilas Monarquía hispánica Isabel Ortíz. Johanna Carvajal (Colombia)

Señor, he pecado
dije no temer
pero el sacrificio
condenó mi lengua
a sabores de alelí,
miel rancia y vómito…
Señor, si fui débil
perdóname,
excúlpame de mis fallas
no soporto esta herida abierta
que coagula en sollozos
y revienta pus
solo ansío por la cicatriz…
Repito a cada minuto mi nombre
como si fueran plegarias y rezos,
señor, ya es hora de mi indulgencia.
*ISABEL ORTÍZ: mujer española, natural de Alcobendas y vecina de Madrid, esposa de Francisco de Padilla, sacristán de la parroquia de San Martín, acusada de hechicería en 1649 por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Toledo.
Ciclo. Sarko Medina (Perú)

Uno nace en el río
Desnudo, con frío
Tratando de rimar con la respiración
Intentando sembrar sin semilla
Cosechar sin hambre
Arar en piel ajena
Robándole a ella el corazón
Viviendo por ellos los castigos
Culpando a todos del error
Gastando lo que no se tiene
Cobrando lo que no se debe
Disculpando la pena de ser
Ser lo que no se puede
Queriendo cuando el reloj se detiene
Uno muere en el mar
Desnudo, con frío.
Sound Track by Leaving Las Vegas. Alberto Avendaño (México)

Duermo en un parque cobijado con latas de cerveza
En un pueblo de sicarios,
Sin conocer a las personas que me habitan
Mientras los perros se alimentan
De la cama que construí con mis excrementos.
Dios vigila mi mediocridad desde un balcón
Que se abre en mi tristeza.
Todos notan que hay lluvia. Angelo Griffo (Argentina)

Y que se destiñen las estatuas
Pero nadie ve las sombras del agua
Redes de la parodia
Lágrimas del alba
Recogidas al azar por el viento
Pasa un puñado de luz
Por las grietas sin sellar de la noche
Nadie ve la colmada operación del estanque
Ni las gotas desnudas de la escena espectral
De la indiferencia al llanto
Hay óxido en las arpas
Es un nombre lo que no tiene aquello
Cruzan murallas blandas
Estrellas y dioses
Brotan de las grietas sin sellar de la noche
Las venenosas profundidades
La lluvia (que arde)
Arpas olvidadas resuenan aún
En la intemperie
En donde siempre es tanta
La humedad
El brote. Vanesa Almada (Argentina)

en la clase esta tarde han dicho que la raíz
es la parte de la palabra que no varía
también han dicho fuera de clase que la palabra es la raíz es la parte
es la variación de esa tarde que ya dejó en espacio y tiempo
de existir
planta un deseo en la habitación contigua y contempla
mira crecer
debajo del lente o por la mirilla mira crecer
la raíz
cada vez más se enraíza esa crecida / cada vez más se habita a sí misma
se autocontempla se escuda
a sus dos lados va descartando toda la parte de la palabra / que no es raíz
toda la parte que no varía
que no hace al crecimiento que no hace a la existencia
que no existe
echar raíz en consecuencia poblar la habitación
de voluntades
en consecuencia echar raíz y guardar partes de palabras debajo
a sus dos lados
raíz habitación y tarde se confunden a sí mismas
se autocontemplan se escudan
plantar la voluntad y que crezca una palabra una existencia una variación
y que digan en la clase y que vuelvan a decir que han vuelto a crecer raíces debajo
de su escudo
Si he de morir que sea sin timón y declamando en el Parque 12 //IV jornada//. Neal Moriarty (Ecuador)

los espejos y la cópula multiplican a las personas = y eso es horrible,
pero hay un parque por el centro de la ciudad que multiplica poetas infantes.
cuando llegué había dos, jugaban con canicas y escribían en la tierra
[cual si fuera un libro de arena.
me distraje y había cuatro, jugando a la rayuela.
un ave me volvió a distraer y había seis, siete, contando a uno calvo; bailaban
[cual sátiros.
alguien dijo mi nombre, volteé, no vi a nadie, regresé mi mirada al parque y eran 12.
se pusieron a declamar sus malogradas creaciones. luego fueron quince, dieciséis.
eran cien, eran más, eran cientos. ciento y treinta, ciento y cincuenta, ciento y piquito.
doscientos y una quincena, doscientos y un mes, trescientos y una arroba. ya no cabían.
mil uno, mil dos, mil tres, mil cuatro. se multiplicaban como átomos de una bomba
atómica. mil trámites represados en el municipio.
doce uno mil, doce quinientos quince, cuatro quinientos un millón. todos se decían
poetas.
el parque les había quedado grande y yo lloré de la alegría.
El mercado. Anagke (Cuba)

Hoy voy a ir al mercado.
Voy en busca de odio.
Diez kilos quiero, seis gramos de rabia,
si se puede.
Hoy pasaré junto a las especias del agravio.
¿Hipocresía? No.
Quiero crueldad revestida de palabras honestas.
¡Me voy! Cojo las llaves y el carro imaginario.
Voy con mis pies y mi amor.
Voy con todo mi cariño al mercado.
En la cartera comprensión y respeto en billetes.
Y los bolsillos tintineantes de todos los besos y caricias
que encontré por ahí.
No busques el aprecio que estaba
debajo del colchón.
También me lo llevo.
Si hay suerte, regreso sin amarte.
Psicoterapia. María Elizabeth Muñoz (Ecuador)

¿Y si ese es finalmente tu problema?
que te crees los cuentos y los puentes,
y tu viaje a bordo son solo simples recuerdos familiares.
No mereces que te venda la esperanza,
solo te voy a dar la prescripción del síntoma:
bota las pastillas y siembra flores en tierra ajena
con la inocencia de un niño que le pinta ojos al sol,
yo pondré las manos para recibir tus catecismos
y hagamos del miedo a las brujas, tu castigo.
¡Tú qué sabes de ansiedad!
si nunca has confundido el foco que enciende las luces de tu casa
si no te has aferrado cual tenaza al pezón dolorido de tu madre,
si tu viaje a bordo son solo simples objetos familiares
y lo inesperado, no te sirve para contar una buena historia.