¿Cómo se inician tus primeros acercamientos a la literatura y especialmente a la poesía?
La lectura de la Biblia me permitió en la niñez conocer a los primeros poetas. Me abrió la puerta a la poesía del Rey David con sus Salmos, a Moisés y su libro Job, y otros tantos autores que impregnan las Sagradas Escrituras con su lenguaje poético, hasta llegar al personaje principal de la Biblia, Jesucristo y sus palabras tan plenas de metáforas. Esa experiencia de lectura en mi niñez me marcó profundamente y me une, de una forma especial, con la poeta Gabriela Mistral para quien la Biblia, también en su niñez, fue una fuente de estudio que la inspiraría para desarrollar muchos de sus textos. Las Sagradas Escrituras, sin duda, guardan las expresiones poéticas más hermosas de la Antigüedad.

Después de este tipo de textos, ¿qué autores te empezaron a interesar?
Algunos autores, principalmente alemanes e ingleses, como Hölderlin, Schelling, Lord Byron, John Keats, pero no precisamente por sus textos, sino por sus historias de vida. Luego vino el texto, la poesía. Recuerdo mucho a Gustavo Adolfo Bécquer y a Pablo Neruda, de quien conservo un poemario que compré cuando era un adolescente. En esa época, me imaginaba a mí mismo como un poeta, pero no fue sino hasta la universidad cuando empecé a escribir mis primeros poemas, luego de tomar un taller de poesía en el Departamento de Español.

¿Cómo sientes que se ha relacionado tu carrera profesional con tu labor tanto de Gestor Cultural de la región del Biobío como poeta y conductor radial en la Universidad de Concepción? ¿Cómo se entretejen estos distintos aspectos de tu vida?
Cuando estudiaba en la Universidad de Concepción formé un grupo que se llamaba Taller 83, con algunos de mis compañeros de la carrera de Arte. La primera decisión que tomamos fue realizar una exposición colectiva. Luego pasaron los años y nació mi interés en crear un programa de radio teatro, pero no fue posible por cuestiones técnicas, así que el gerente de Radio Universidad de Concepción de aquella época me sugirió pensar en un programa de conversación, así nació Flashback, un programa dedicado al cine, pero que con el tiempo devino en lo que es actualmente: un espacio para la poesía y la educación poética. Desarrollé el programa durante tres años, a partir del año 91, del siglo pasado, y ahora, en este siglo, volví en 2007. En 2008 decidí por primera vez invitar a un poeta.

¿Recuerdas el nombre de ese poeta?
Sí, fue Tulio Mendoza Belio, un poeta muy conocido aquí en la región del Biobío. Tulio también es gestor y ha estado siempre presente en el ámbito cultural de la ciudad. Después de esa instancia, nunca dejé de entrevistar a poetas. La radio ha sido una fuente de aprendizaje, producto del diálogo y el estudio de las obras de mis invitados. Esa dinámica abrió una puerta para escapar del peligro del ensimismamiento, al mirar el quehacer de otros poetas y difundir sus obras.

Por otro lado, la gestión cultural me ha permitido redimensionar constantemente la esfera de los sueños y que ellos son posibles de hacer realidad con trabajo, que no hay que temer a soñar, sobre todo si el objeto que lo mueve tiene que ver con beneficiar a otras personas. Hay que salir del campo de mirarse únicamente uno y dirigir la mirada a las necesidades de los otros, porque el egoísmo mata toda posibilidad de crecimiento sano. Así ha ocurrido con el programa Educación Poética para Chile y sus implicancias internacionales.

¿Cómo nace la intención de acercar a los jóvenes a la poesía en las aulas? 
Fue a propósito de un cuestionamiento que me hice el año 2014 ante la ausencia de jóvenes en una lectura poética. Me percaté de que algo negativo estaba sucediendo en la educación, pues, la ausencia de los jóvenes era algo reiterativo. Entonces, pensé que sólo podía ser porque los establecimientos educacionales no estaban resolviendo adecuadamente la formación de un público interesado en la poesía, es decir, el sistema estaba fallando en la sensibilización de los jóvenes en el ámbito de lo poético.

La poesía es el producto de ciertos procesos que el poeta desarrolla, aunque, por cierto, la creatividad tiene ciertas aéreas que no se pueden explicar; requiere trabajo convocarla y se conecta de algún modo con el ámbito de la intuición, zonas del proceso que no se le pueden enseñar al estudiante. Al reunirse estos elementos conocidos, y por conocer, cada individuo tiene el privilegio de ser iluminado en una sinapsis que responde a una experiencia personal y única. Entonces la Educación Poética, en ese contexto, hace posible al estudiante un aprendizaje significativo de la mano de la configuración del poema, pues, pone en acción las facultades y procesos que un poeta realiza al crear un texto, aunque no sea el objetivo primordial de la Educación Poética producir textos literarios.

Nada profundo, nada perdurable se logra sólo enseñando cómo está compuesto un poema, qué es una metáfora y demás figuras literarias, cuáles son las corrientes de la vanguardia o cómo se percibe la poesía en el poema, si no permitimos que los jóvenes conozcan la realidad del juego, es decir, que entren a la hoja de papel con la posibilidad de tener un encuentro personal con la poesía. Sin esto, se transforma en una falacia, en la cosa más aburrida del mundo, y es lo que mayoritariamente se hace en el mundo con la “enseñanza de la poesía”, y por eso se queda a medio camino de la verdad poética. Por ello, entre otras cosas, no diseccionamos un poema para explicarlo. No es una cosa que hacemos en la Educación Poética.

¿De qué poetas usualmente le hablas a los jóvenes?
En mi caso personal, como poeta educador, comparto la obra de diversos autores, muchos de ellos son mis invitados a mi programa de radio. También el poeta educador debe compartir sus propios poemas con los estudiantes, pues, son sus credenciales como poeta. También debe, en el mejor de los casos, compartir textos propios en su fase inicial y luego compartirlos una vez acabados. Esto ayuda a los jóvenes a visualizar que la configuración de un poema es algo vivo y que, muchas veces, requiere tiempo llegar a concretar, por lo tanto, demanda trabajo y perseverancia.

El poeta educador debe ser consciente de que, al invitar a los jóvenes a escribir, los está preparando para desarrollar varias competencias que los habilitarán para enfrentar la vida en todos sus niveles. Por ese motivo hablo de un aprendizaje profundo.

¿Qué lugares has visitado y qué actividades o proyectos has realizado con el propósito de ayudar a difundir la poesía?
En la región del Biobío estamos trabajando entre nueve a once colegios anualmente y las intervenciones no son sólo en el ramo de Lenguaje, sino también en Filosofía, con la labor y acompañamiento de poetas educadores, profesores de lenguaje, directivos y muchas otras personas que en forma anónima cooperan y hacen posible la realidad de este proyecto.

Mi aprendizaje, así como luego el activismo que realizo por la Educación Poética, me requirió conocer otras experiencias en un comienzo. Como cuando visité Colombia el año 2017 para adentrarme en el proyecto educativo que lidera el poeta Jairo Guzmán, coorganizador del Festival de Poesía de Medellín y director de la Escuela de Poesía de Medellín. El mismo año fui a Argentina, a la ciudad de Buenos Aires, apoyado por la Embajada de Chile, y realicé un encuentro de Aproximación a la Educación Poética en Latinoamérica, en el Centro Cultural Matta, para difundir nuestra experiencia con la Educación Poética en la región del Biobío. En esa instancia conocí al querido poeta Claudio Simiz, que hoy también dirige un proyecto de Educación Poética en Argentina. Luego, fue Montevideo, una hermosa estadía, donde conocí a varios poetas, que hoy son apreciados amigos. Fue una circunstancia que me llevó a compartir mi poesía, pero el proyecto de Educación Poética siempre estuvo presente en mi discurso, intentando persuadir a los poetas uruguayos, a considerar ese camino como posible. Al año siguiente fue la fundación de los Festivales Internacionales de Poesía del Biobío, con la finalidad de que el proyecto educativo se conociera fuera de Chile, además de invitar a jóvenes estudiantes con talento para que participaran en el Festival. 

En el año 2019, vi la necesidad de realizar algunas sesiones de los FIPBB fuera de Chile, para difundir de forma más decidida el proyecto de Educación Poética y lo fundamental que resulta para el desarrollo de los jóvenes de cualquier parte del planeta. De esta manera, se inauguraron en Berlín y en Nueva York las primeras sesiones del Festival en el extranjero. La experiencia vivida en esta última ciudad, me impulsó a fundar Poetic Education for the World, teniendo en mente la creación de un movimiento. Paralelamente, en Chile veo la necesidad de crear otras instancias o actividades, como la realización de una gira de extensión con un grupo de siete jóvenes participantes del proyecto educativo a la región de Coquimbo, tierra de Gabriela Mistral, a compartir su decir poético a otros jóvenes estudiantes del Liceo Carlos Mondaca en la ciudad de Vicuña, donde nació la Premio Nobel. Luego vino el ensayo de una Residencia Artística en Cobquecura, en la región de Ñuble, en vista de crear otra instancia para el desarrollo de los jóvenes con talento. También la configuración de un seminario, en beneficio de profesores de Lenguaje interesados en mejorar sus didácticas, que da cuenta de nuestro pensamiento respecto del lugar que deben ocupar ellos en la Educación Poética, que es fundamental.

¿Ves a Gabriela Mistral como una precursora de la Educación Poética?
Para nosotros, sí, y hablo en plural, porque hay otros poetas que participan en este proyecto de la Educación Poética en mi país, que miran a Gabriela Mistral como un referente. Pienso en la poeta Alejandra del Río, una incansable luchadora por la Educación Poética en Chile. Sin duda, nuestra Premio Nobel desarrolló un tipo de educación poética, aunque no lo identificó con ese nombre, pero sin duda su accionar se refiere a ello. Gabriela Mistral es definitivamente una precursora que une lo pedagógico con lo poético. Ella era una poeta con una misión, porque la educación tienen una misión.

¿Qué ciudades, actualmente, está abarcando Poetic Education for the World?
Creo que puedo hablar de los poetas que están involucrados o simpatizan con un proyecto internacional que no tiene más de dos años, como Patricia Cremaschi, Alejandra del Río, Alejandro Concha, Daniela Guerrero y otros en Chile, Claudio Simiz, Kari Krenn en Argentina. Ingeborg Robles y Martha Gantier en Alemania. Gaby Sambucetti e Isabel del Río en Gran Bretaña. Silvia Goldman y Miguel Manzana en Chicago, Maureen Altman, que es la coordinadora de Poetic Education for the World en Nueva York, junto al escritor Esteban Escalona como director asociado. Ellos se han sumado a este movimiento con la aspiración de ayudarlo a crecer. También señalar a la académica Marie-Lise Gazarian de la Universidad de St. John’s  con su apoyo al proyecto.

También un grupo muy querido de poetas que simpatizan con el proyecto en Nueva York, con algunos de los cuales me reuní en mi gira a EE. UU. en octubre de 2022, en el contexto de un encuentro convocado por Poetic Education for the World en el East Village, donde quise llevar un paso adelante el proyecto de Educación Poética, con la propuesta de construir al “nuevo poeta”, es decir, un acto de percibir desde otra perspectiva al poeta educador, ampliando su ámbito de acción. En fin, es una lista larga donde algunos nombres los omito porque sería muy largo enumerarlos a todos.

Tal vez en algunos países la enseñanza de la poesía es de mejor calidad, pero de acuerdo al rumbo que ha tomado la sociedad, si no la protegemos de la velocidad que le está imprimiendo la tecnología al mundo, una tecnología que en su forma actual no comulga con los ritmos que tiene la lectura o escritura del poema, existe el riesgo potencial de entrar sin darnos cuenta de ir menguando el acceso a la poesía en el aula, a un punto de hacerla desaparecer. Los casos en el mundo son disimiles, pero todo están bajo riesgo, por ello, existe la necesidad de crear una Educación Poética y otros cautelar que avance y no retroceda.

Respecto a tu manifiesto, ¿quién es el “nuevo poeta”? ¿Qué es o qué representa el futuro y la distopía para ti?
Debo decir antes que todo que constituirse en el “nuevo poeta” es un blanco al que todos podemos aspirar. Por lo tanto, es una propuesta abierta, pero es necesario en primer lugar desearlo porque en lo sustancial al “nuevo poeta” lo anima un nuevo espíritu. Los muros no están afuera, sino dentro del corazón y la mente. No hay restricción para llegar a ser el “nuevo poeta”. La abnegación es la bandera que flamea en las columnatas que sostienen su ser, porque la carga que deberá llevar, no es ligera.

Su relación con la Educación Poética y su conocimiento del valor de ella, lo impulsa a ser más arrojado, a realizar cosas que sus antecesores no se habían atrevido a realizar. El “nuevo poeta” enseñará a los jóvenes, a partir de la configuración del poema, una serie de competencias que él mismo habrá tenido que desarrollar, pilares sobre los que se sostiene la nueva pedagogía, que hará del aprendizaje una práctica visible; son nada menos que los procesos de la escritura del poema, en aquellas áreas donde es posible visualizarlo.

A pesar del temor inicial, el poeta dará los pasos necesarios para construirse de un modo que su temperamento y personalidad, no sea un obstáculo para su misión, y todo esto por un cometido que lo subyuga por su belleza y nobleza, que pondrá a prueba sin duda su carácter. Quiero recalcar que no se quiere imponer la idea a los poetas de que todos deban participar del “nuevo poeta” y su rol, pues, sólo algunos estarán en condición de emprender ese camino. No se trata de echar cargas innecesarias a quienes cumplen otras funciones dentro del campo de la poesía y que son necesarias también para su permanencia y fomento.

El Manifiesto, y sus ampliaciones, propone a quienes sientan el llamado que es posible y necesario imbuirse de un espíritu acorde al desafío a enfrentar, que debe ser levantado en conjunto con la comunidad de poetas, que actuará como escudo, que lo acogerá y ayudará en todo lo que sea posible y celebrará a todos aquellos que participan de esta misión y, con ello, contribuir a llevar adelante algo necesario, urgente para el mundo de la poesía y para la juventud.

El poeta sin adjetivo representa una historia honorable, pero dadas las circunstancias de este siglo XXI, el “nuevo poeta” vendrá a llenar una necesidad distinta, que además con su acción favorecerá al prestigio de la poesía, al liderar una lucha que en algunos lugares será muy difícil, donde la utopía pareciera no ser posible siquiera soñarla; en otros, será posible que se pueda avanzar más rápido, pero todo ello demanda un espíritu fuerte con el que necesitará revestirse el “nuevo poeta”. Por ese motivo, es necesaria y vital la fraternidad, el acompañarse los unos con los otros. El apoyo mutuo será vital para la existencia de esta pequeña compañía.

El “nuevo poeta” se preparará con el propósito de ser guía de un sistema educacional y también para presionar a las universidades a preparar profesores idóneos para guiar a los jóvenes hacia la poesía. El “nuevo poeta” será la salvaguarda para que, una vez logrados los objetivos, la Educación Poética se mantenga en el tiempo.

Asumir que se vive en un mundo distópico no es fácil, pues, solemos ser como el avestruz: ocultamos de nuestra mente y corazón la realidad, preferimos a toda costa negar su presencia, pero eso en vez de ayudar, agrava las cosas en la vida psíquica de los individuos. En cambio, el “nuevo poeta” sabe que existe un sistema que tiende, a través de diversos modos, a debilitar las dimensiones humanas, es decir, evitar el desarrollo de ellas y de algún modo enfrentarlo demanda sabiduría y fuerza de carácter. El “nuevo poeta” no se define por pertenecer a un grupo etario determinado o una nueva camada de poetas jóvenes, sino que representa a poetas de cualquier edad en condiciones de asumir ciertas tareas, quienes, al mirar al mundo desde otro ángulo, se percatan de que la deshumanización siempre está latente.

Un ejemplo de carácter palpable de la distopía es la educación que no propende a un desarrollo integral del individuo, teniendo entre sus actividades una feble exploración del fenómeno poético en sus respectivos niveles educacionales. Esto representa con el tiempo una potencial pérdida de la sensibilidad humana de multitudes de jóvenes, en el contexto de un lenguaje demasiado publicitario, el de la información y la virtualidad, que debilitan nuestra lengua, nuestra comunicación, porque la metáfora creativa queda afuera.

La distopía perfecta, parafraseando al escritor Aldous Huxley, creador de Un mundo feliz, sería aquella donde no nos daríamos cuenta de estar viviendo en ella, ya que tendríamos la libertad de ir de un lugar a otro, pero no nos percatamos de que somos esclavos de un sistema que nos va deshumanizando lentamente.

Hay que dejar en claro que el “nuevo poeta” será el encargado de protestar e interpelar a las autoridades por el estado deplorable de la enseñanza de ésta. Por ello, la propuesta de construir al “nuevo poeta”, desafía el statu quo porque no sólo hará resistencia al poder imperante y sus influjos destructivos y alienantes, sino que pasará a la ofensiva con un accionar positivo; contrarrestará el deterioro con acciones efectivas, en alianza con individuos que son sensibles y conscientes de la problemática, realizando un trabajo en conjunto para hacer del aula un oasis, donde los jóvenes tengan un encuentro real con la poesía, no sólo al leer o escuchar a los grandes poetas, sino con la propia escritura creativa; un lugar donde cada individuo pueda tener una experiencia, un encuentro con algo que le asombre.


MANIFIESTO DEL NUEVO POETA

No sabemos sus nombres,
pero hace años colocaron un esqueleto sobre el pupitre

nadie lo puede hojear como un libro,
porque es ahuesado y seco
tampoco el verso libre entra en la vena
y la náusea tiembla en la garganta

Creíamos que sólo era posible en un relato distópico,
pero existimos en el futuro
en el centro mismo de la dictadura perfecta predicha por Aldous Huxley

en cuyas membranas de neón la democracia hace sentir a la humanidad

libre! libre!
respirando al ritmo de los robot
cabezas en movimiento,
pero lejos de la utopía en la violenta y espeluznante actualidad
con noticias líquidas y amargas que hunden en la tristeza

Volábamos por el mundo sin que nadie pusiera atajo a nuestra respiración

no comprendimos que el censor
no reprochaba el largo y ancho de nuestros sueños
porque no eran lo suficientemente grandes para provocar su iracundo gesto

Soslayando el oscuro mar de la distopía

hablaremos del nuevo poeta
situado donde pueda socorrer
donde logre expandir el oxígeno

y dejar caer sobre cientos de jóvenes el gozo de vivir

El nuevo poeta tiene ojos de hombre y mujer
libre de la soga que doméstica el vuelo de las aves

un cuerpo sin el peso de la oscuridad

El nuevo poeta descenderá al aula con el fruto del árbol de la vida

y dará de beber a la juventud de la copa pura y esplendente

denunciará la hojarasca o remedo de poesía
denunciará el impulso ebrio de la mano

que objeta vivir con imaginación en la sala de clases
y junto a los maestros destruirán su máquina de negación

Bajo los bosques extintos
el nuevo poeta levantará su campamento
su sueño traspasará las fronteras de las naciones
la consigna es la determinación de romper
ligaduras de ventanas y puertas de habitaciones

donde yace la poesía secuestrada
por quienes han plantado en los programas escolares

una falacia de ella

Mientras el planeta parece sumergirse en el caos
la consciencia del nuevo poeta es la realidad más pura
en su mano está el manifiesto de su ardiente deseo
levantar el arco de la mirada y hallar la grieta en los muros de la ciudad
por donde rescatar a la juventud y hacerla explorar la colmena de la poesía

sin abejas asesinas

El nuevo poeta temblará de pasión al develar en el tráfago postmoderno

el objeto maravilloso que expande mente y corazón
el poema ya no será una materia inerte
sino la llave que hará crecer el alma

El nuevo poeta
abrirá los portales de la conciencia a un nuevo mundo

edificará en el aula un oasis
levantará en el corazón de las nuevas generaciones

la capacidad de edificar la gran ciudad

Como un avión de papel en el espacio aéreo de la luz

el nuevo poeta llevará un himno de amor al aula
un bálsamo que pueda aliviar la incertidumbre

cuando la vida enseña su fragilidad

Hoja por hoja abrirá el corazón de la juventud a otra ventana

a otra imagen de perfecta armonía
el nuevo poeta guiará a las nuevas generaciones
a expresar sus alegrías y sufrimientos

el cielo entrará con gozo a la sala de clases
la juventud llorará cuando en sus frentes algo cálido como el sol

los reúna con el padre y la madre que nunca tuvieron
unión de asombro y luz

Nueva York, 2022


Agustín Benelli (Concepción, Chile). Comunicador y poeta, con estudios en la Universidad de Concepción. Productor y conductor de Flashback, programa de conversación en torno a la poesía de esa casa de estudio. Sus poemas han sido publicados en periódicos, revistas y en diversas antologías nacionales como internacionales, así como en sitios web. Publica el 2017 Asomado a la Palabra y Organigrama del Deseo, Ediciones LAR Literatura Americana Reunida. Bajo este último y único título publicará su poesía en sucesivas ediciones. Invitado por el poeta y gestor cultural Paul Nilsson a leer en las ciudades suecas de Malmö y Lund, da inicio a sus lecturas internacionales (2015).
Es el autor de los encuentros Aproximación a la Educación Poética en América, creador y director del programa Educación Poética para Chile. Fundador de los Festivales Internacionales de Poesía del Biobío (FIPBB). Crea las bases del movimiento internacional Poetic Education for the World, ante la necesidad de realizar un activismo en favor de todos los jóvenes del mundo.
Promueve la construcción del “nuevo poeta”, articulando su permanencia sistemática en el aula con la responsabilidad de protestar e interpelar a las autoridades por el deplorable estado de la llamada “enseñanza de la Poesía” en el mundo, que pone en evidencia de que vivimos bajo un sistema de carácter distópico, que aliena a la población, arrebatándole la posibilidad de cultivar sensibilidades que los harían más humanos.
Desarrolla los Manifiestos del nuevo poeta, en el marco del encuentro organizado por Poetic Education for the World en la ciudad de Nueva York, el 19 de octubre de 2022. Para conocer su labor en el área educativa, visite el sitio: www.poeticeducationfortheworld.com

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América Merino (Chile) ha publicado el libro de poesía Fractales (Editorial Cuarto Propio, 2015). Parte de su obra ha sido traducida al francés, inglés e italiano. Posee textos publicados en antologías y revistas literarias en España, Italia, Estados Unidos, México y Argentina. En 2019 cursó el programa de Literatura en el Instituto de Lengua y Cultura Italiana Galileo Galilei, en Florencia, Italia. Durante el mismo año fue parte del equipo de traducción y corrección de estilo del libro España mía, Portugal mío, del poeta chino Huang Yazhou. Ha participado en diversos eventos literarios, entre los que destacan: The Americas Poetry Festival of New York (Estados Unidos, 2019), Spanish and Latin American Voices in Oxford (Universidad de Oxford, Inglaterra, 2018), Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de México (México, 2018), Feria Internacional del Libro del Zócalo (México, 2017), Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe (Cuba, 2017), Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía Blanca (Argentina, 2015) y el Coloquio de Poesía del siglo XX (UNAM, México, 2014). Su trabajo poético ha obtenido numerosas distinciones, tales como la Beca de Creación Literaria, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2012) y la Mención de Honor en el Premio Nacional Juegos Literarios Gabriela Mistral en dos ocasiones (2008 y 2013). Fue becaria del Taller de Poesía de la Casa-Museo La Sebastiana, Fundación Pablo Neruda (2004), integrante del Seminario de Reflexión Poética de la misma fundación y directora de la Revista Cultural Llave de Sol, de la Universidad Técnica Federico Santa María.