Puedes compartir un poco de la historia detrás de la creación de tus fanzines ¿Qué te motivó a hacerlos?
La idea del fanzine surge a partir de la necesidad de crear un instrumento dinámico y versátil que permita difundir un escrito con mayor agilidad. Un libro implica un proceso de más largo aliento, puede estar hasta diez años trabajando quien lo escribe; en cambio, el fanzine puede publicarse y difundirse de forma inmediata y masiva. Cuando tenía 17 años armé mi primer fanzine que repartí entre los obreros de la construcción. Luego, continué haciéndolos para colegios técnicos e industriales, y, actualmente, la gran mayoría de mis fanzines van dedicados a las mujeres y disidencias. Pueden descargarse en forma gratuita aquí.
En tu página web mencionas que, “los fanzines sirvieron de instrumento subterráneo para expresar ideas combativas”. ¿Qué ideas combativas crees que es necesario transmitir en la actualidad?
El objetivo de todos los fanzines es siempre el mismo: transmitir una idea. Una idea de lucha, de combate, contra las estructuras existentes y dominantes. Los fanzines buscan transmitir la idea de que se puede alcanzar una sociedad diametralmente distinta, derrumando la existente, y que, para hacerlo, es menester recurrir a ejemplos y referentes históricos.
¿Crees que hacer fanzines es una manera de crear nuevas formas de consumir textos y nuevas maneras de pensarlos?
Creo que el fanzine es parte de una larga tradición y proviene de una vieja escuela. La impresión de materiales de este tipo, que le han servido a la clase trabajadora, a las mujeres y disidencias, hechos en imprenta, fue muy importante. Hay otras tradiciones también, la revista, magazine, algunas políticas, otras menos, el comics, que también se asocian al mundo del fanzine. Lo nuevo, quizás, es la combinación entre literatura, género, política y fanzine, en términos de diseño y diagramación, portada y demás…
De los fanzines que has creado, ¿cuál es tu favorito?
Mi favorito es el de Gabriela Mistral. Armé la tapa en paralelo a estudiar sus escritos. Encontré un párrafo de ella que me gustó mucho y quise continuarlo en otro sentido totalmente diferente. Ella hablaba de la muerte y eso lo llevé al plano sexual. Me pareció un resultado artístico llamativo, en conjunto con la cuestión erótica que a mí misma suele llamarme poderosamente la atención.
En el mundo actual el mercado editorial está sufriendo muchos cambios con el uso de las nuevas tecnologías. Según tu opinión ¿qué lugar ocupa el fanzine en este nuevo contexto?
Dentro del mundo editorial generalmente la preferencia es por el libro. Y lo extendido pareciera ser que es la revista. Mi impresión es que el fanzine corresponde a un mundo más suburbano, a un sector específico que busca literatura con contenido social. Y que tiene la posibilidad de adaptarse a tal nivel de poder ser igualmente digital, sin perder el encanto de lo impreso.
¿Qué proyectos tienes pensado hacer a futuro?
Próximamente estaré presentando el libro “Queja” en el Día contra la No violencia a la Mujer, que busca visibilizar la situación de las personas privadas de su libertad por participar en luchas sociales y colectivas.
¿Cómo llevaste a tus autores favoritos al mundo del fanzine?
Mis autorxs favoritxs son: Sylvia Plath y Alejandra Pizarnik. La combinación de la escritura de ellas dos es con lo que me siento más a gusto o identificada. Hay quienes dicen que es trágico o triste ese tipo de escritura, pero la verdad es que a mí me ayudaron a entender que hay angustias que se nos repiten, y eso hace que no estemos solxs en nuestrxs dolores.
Algunas palabras finales que te gustaría compartir para lectores y escritores de distintos lugares del mundo
Finalmente, agradecer por esta instancia, esperar poder seguir trabajando juntxs y a no bajar los brazos. ¡Muchas Gracias!
+Sobre Dana Hart (extracto de su website):
Abrevio mi nombre como Dana Hart. Nací en el barrio de Flores, en Buenos Aires (Argentina), un 12 de septiembre de 1986 y pasé los primeros años, viviendo con mi madre y mi hermano.
A los seis años comencé a ser violentada sexualmente por un ex padrastro. Fui abusada hasta que cumplí los diez. Generalmente cerraba bien los ojos para no ver, pero muchas veces era obligada -entre otras cosas- a mirar revistas pornográficas, mientras él se satisfacía, si nadie más estaba cerca. Cuando mi madre hizo la denuncia, logró que fuera juzgado y encarcelado, pero durante muchos años esta violencia siguió ejerciendo sus efectos. Sin disminuir por eso, la existencia de momentos felices, como algunos de los años en los que nos mudamos y vivimos en la ciudad de Mendoza. El año 2001, me tocó ser parte, cuando apenas tenía quince años, de una increíble movilización social que obligó al Presidente de turno a renunciar a su cargo. Este hecho fue de gran impacto. Muches jóvenes de nuestra generación, supimos que teníamos que hacer algo, apoyar. Meses más tarde, con mi mamá y su posterior pareja -con quien ha estado durante los últimos veinte años-, tuvimos que exiliarnos, por los problemas económicos, a Chile, país que posee una riquísima historia de lucha y organización. Al año siguiente, ya estaba participando activamente, buscando colaborar con la clase trabajadora, apoyando las huelgas, elaborando fanzines, periódicos y boletines informativos, e invitando a mis compañeras del colegio a reuniones feministas […]. Seguir leyendo sobre la historia de Dana aquí.