Poemas de Stephen Paul Wren*

Tierra de plata

El cartógrafo Lopo Homem la llamó ‘Terra Argentea’ en 1554. Los exploradores que encontraron familias en el Río de la Plata fueron bendecidos:

Pudieron ver el tajante
río de la plata,
Recibir la gracia
de la plata brillando.


Malbec argentino

Caminando
de manera trabajosa
entre ciruelas,
me sumerjo
en las olas de cerezas
para despedir los días
para despedir las violetas
y las costas de cacao
que están al alcance
como estos aires de un vino nuevo
impulsado por los soles
envejecido por la madera del roble.

Entre estos
buenos vientos.

Recordando a Pedro de Mendoza en 1536 y a Juan de Garay en 1580.

8.
Sus palmas hacia arriba pintan muchas almas
con azafrán y cian, pues aquí con este sol,
en este hogar, Buenos Aires, que comienza a formar
un puesto comercial,
y que con su propio olor
empieza a llenar las narices coloniales.

Marcelo
10

Marcelo siempre metió la pelota donde quiso:
esquina izquierda, esquina derecha, techo de la red,
arriba de los Andes, en la región del Chaco.
Ya no le quedaban cartílagos en las rodillas.
Y en este asunto, su fluir se mezclaba con su sangre como si fuera el tiempo mismo,
detenido en las fértiles tierras pampeanas.

Marcelo era como Maradona para mí.
Era un abrir y un cerrar de ojos, un ojo que todo lo ve, un ojo de buey.
El Río de la Plata le tomaba el volante,
arremangando los bordes de su elegancia.
En un camino de costas besadas, a la tierra
de sus ansias, a la tierra de su alma.

Río de la Plata

Destellos lustrosos en el agua
y brillos más anchos que el mundo dormido
¡Oh, río!
Río de la Plata,
cúbreme dulcemente,
con gafas,
Llevame hasta Florida
y de vuelta a casa.


Nueva Argirópolis. Lucrecia Martel. 

*Sobre Stephen Paul Wren

Dr. Stephen Paul Wren (Reino Unido) estudió en Cambridge y luego trabajó muchos años en empresas, hasta que volvió a la academia para trabajar en la Universidad de Oxford. En el 2018, también se unió a la Univerdad de Kingston en donde comenzó a trabajar como académico. Su libro Formulations (co-escrito con la Dra. Miranda Lynn Barnes) fue publicado por Small Press en el 2022. Previamente, su libro A celestial crown of Sonnets (co-escrito con Dr. Sam Illingworth) fue publicado por Penteract Press en el 2021. Los poemas de  Stephen fueron publicados en alrededor de 14 revistas, entre ellas se encuentran Marble Broadsheet, Consilience, Tears in the Fence y Dreich magazine. La poesía de Stephen se puede leer aquí y el perfil de Stephen de Twitter puede encontrarse haciendo click en este enlace.


Poema de Michelle Madsen*


Fragmento: ‘A La Grasa’

En algún lugar entre la pampa y una granja porcina
existió un martes
-que es mala suerte en Argentina
pero ambivalente aquí-
en un lugar donde los pantanos yacen planos bajo cielos alargados,

un lugar en el que hicimos chorizos a la brasa
en la cocina de tu memoria
-ese cadáver despojado, masacrado-
por tu abuelo, tu abuelo de hombros anchos,
el mismo que mantuvo todas las cosas unidas,
que engendró ese puñado de niños,
aquellos que se metían en los maleteros de los coches y se arrastraban como una bola inflable,
en la pampa que arde desde las luces de los Chevrolets,

y fue en el Hotel Des Imigrantes que hay una puerta:
Brusino de Pinerolo,
que abre a la entrada de una tierra rica,
con un gran potencial -oh, encerrado, oh, cercado-,
borrado, vivo, distante, sin aliento.

Y fue en esas sierras de Córdoba que nos encontramos con un hombre que hablaba con los árboles,
y lo llamaban a su casa que era un lugar, sencillo, como una choza,
con amplias ventanas que llegaban hasta el suelo,
y en donde había hojas en las páginas de sus libros y revistas,
que bordeaban las paredes, que caían en la mesa donde tomábamos mate,
y doraban, pavimentaban, desmoronaban,
los troncos parecidos, pero reinventados, de los cerros.

Me pregunto de dónde vienen esas historias,
cómo han crecido con el abono de las hojas,
cómo han respirado, adoptado esta tierra,
cómo las lágrimas me hincharon los ojos mientras el rostro de ese hombre se iluminaba con el sol de la tarde,
diciendo ‘pertenezco, pertenezco, pertenezco’.

En ese campo de gladiolos, lleno de pesadas arañas,
me imagino unas piernas altas caminando, plantando, sabiendo,
reverdeciendo este lugar al borde de la basura,
echando raíces, dedos tostados por la tierra,
volviéndose terrones sin dueño, que no ganan una y otra vez,
hasta entender lo que es vivir de nuevo.

¿Cómo prometer devolución?
¿Cómo encontrar los huesos?
¿Cómo traer de vuelta a los muertos…?

No hay grandes fondos de jardines aquí, ni hay patios para asados,
sino un cobertizo que está afuera con juguetes viejos.
Juego con un barril, hago una poción,
planto una semilla muerta en el hueco de algún manzano,
recordando la antigua promesa de usar todo lo que hay,
como todo lo que habrá.

En esa memoria, en ese recuerdo, el barril no se fijó bien,
el chorizo ​​se pudrió,
la carnicería anual se deshizo,
la sangre quedó dividida para nadieexcepto para las moscas,
y para nosotros,

que quedamos
en los bordes del presente,
saboreando la humildad.


*Sobre Michelle Madsen

Michelle Madsen (Reino Unido) es una reconocida poeta y periodista del Reino Unido. Fundó en Londres el Hammer and Tongue, la red más grande de poesía performática en el Reino Unido. Ha participado de eventos en escenarios de cuatro continentes. Participó de los festivales: Bowery Poetry Cafe, Latitude, Hay-on-Wye, the Secret Garden Party, Bestival y Glastonbury. También es profesora de escritura creativa en First Story. En el 2013, llevó su show I’m Sorry I Haven’t Haiku, la primera y posiblemente última competencia poética que contaba con un panel al Edinburgh Festival. Participó de eventos con Kate Tempest y ha hecho entrevistas con mucha gente peculiar, incluyendo a Tony Blair, Ronnie Wood y el presidente de Guinea.


Poemas de Enrique Bernales Albites*

Malba 2019

y porque Buenos Aires no pudo mirar esa muerte
Jorge Luis Borges

 
Me dijeron que viniera aquí
que iba a reflashear,
de Pueyrredón al 1900
hasta El Malba
son veintiún minutos caminando.
Hay que comerse la cancha
como a esta ciudad.
 
Llegué al Malba o
a su larguísima cola que es lo mismo
en menos de dieciocho minutos.
Me encanta vencer el tiempo estimado
de Google Maps.
 
Tengo una fe ciega
en mis gambas,
que me han salvado
tantas veces de morir.
 
Al lado del Malba,
hay una plaza,
República del Perú, 
con unos arbolitos burgueses,
que los peruanos desconocen.
En Lima, en cambio,
hay una avenida, Argentina,
que no es para nada burguesa
ya que carece de árboles.
 
Los argentinos no la conocen
porque no está en Miraflores.
 
En el verano, el calor allí
es insoportable
y hay que tener cuidado
con los pungas.

Por la Avenida Argentina
de Lima
cruzaba así el tren de carga
y se llevaba los minerales…
Y a veces los trabajadores
nos saludaban
con las manos,
 
Está lloviendo en Baires,
por la avenida Figueroa Alcorta
pasan raudos
buses,
autos
y remises,
 
En ocho meses
esta calle
va
a estar vacía
 
y mis gambas,
como las de Dios,
no me van a poder salvar:
 
en Lima o Buenos Aires,
en el Malba o Miraflores,
 
los cuerpos se pudren bajo la misma lluvia.


Strassenszenen: Constitución

Penumbra de la paloma
Llamaron los hebreos a la iniciacion de la tarde
Jorge Luis Borges

Necesito confesar que
nunca puse un pie en Consti
estuve muy cerca, ¿a algunas pulgadas?
Estaba visitando
el lugar exacto de la ejecución
de Rodolfo W.
durante el largo invierno de 2019,
antes de que aprendieramos palabras como Zoom,
distanciamiento social, y el particular
significado de la palabra héroe patrocinado por The Who,
no la banda de rock, precisamente.
No pude encontrar
la casa de Rodolfo en Tigre, en cambio
encontré consuelo contemplando
un campo de golf
a orillas del río Sarmiento
mientras comía un alfajor Havanna
Hay lugares en el mundo,
lugares míticos,
para Borges es el Sur,
para Homer Simpson es Springfield,
para Ulises es Ítaca,
para Virginia es una habitación,
y para mí
es Consti.
Estos no son lugares reales,
como metáforas estos lugares viven
en el corazón de los seres humanos y se desvanecerán
cuando la poesía se convierta en un lenguaje sordo
cuando los hombres olviden por qué luchó Rodolfo W.

con una pistola y una máquina de escribir
En Consti
no hay tesoro;
cada espectador es la recompensa,
pero esa mañana del 25 de marzo de 1977,
en el cruce de San Juan y Entre Ríos,
Rodolfito fue el único botín.


Recoleta


Y anhelamos el sueño y la indiferencia.
Jorge Luis Borges

Estaba dando vueltas por aquí.
Para mí, Recoleta
es como Machu Picchu
Un rejunte de piedras muertas.
Me recuerdan
la estupidez de la riqueza:
la estupidez humana.
Estaba dando vueltas por aquí,
enterrando una pena de amor.
¿Por qué traje una piedra muerta,
una pena de amor,
desde Colorado hasta Argentina
con una breve parada en Perú?
Todavía me sigo haciendo esa pregunta.
Una pena de amor es
como un ángel en la nieve.
Una pena de amor es como Recoleta
o Machu Picchu:
una pizza sin queso.


*Sobre Enrique Bernales Albites

Enrique Bernales Albites (Perú, 1975) es un autor y gestor cultural peruano residente en Colorado, EE.UU. Posee un doctorado en Literatura Latinoamericana por Boston University. Actualmente se desempeña como Associate Professor of Spanish en University of Northern Colorado. Entre sus publicaciones académicas se encuentran: Indigenous Narratives of Creation and Origin in Embrace of the Serpent by Ciro Guerra (English Language Notes), La escritura transnacional de Eduardo Atilio Romano (Hispanic Studies Review), Trauma and Isolation in Claudia Llosa’s Milk of Sorrow (Iberoamericana), La construcción de la identidad del sujeto en Crónica de mis años peores de Tino Villanueva (Hispanic Journal), El zorro de arriba y el zorro de abajo: variaciones sobre lo pastoral y el psicoanálisis (Revista de Critica Literaria Latinoamericana), Homoerotismo y poder en El Sexto (1961) de José María Arguedas (Cincinnati Romance Review), Primitivismo, exotismo y arte contemporáneo en Final del juego de Julio Cortázar. (Julio Cortazar y Adolfo Bioy Casares: Relecturas entrecruzadas), Anda, corre y vuela (1994): Fujimorismo neoliberal e impulso utópico en el Perú de la globalización (Cine Andino: estudios y testimonios). Además ha reorganizado el mítico grupo de poesía Inmanencia junto al gestor cultural Florentino Díaz Ahumada y ha publicado los libros de poesía Inmanencia (1998, 2020), Inmanencia: regreso a Ourobórea (1999), 21 poemas: Cerridwen (2004), Regreso a Big Sur (2019), la novela Los territorios ocupados (2008), la antología de poesía peruana de los noventa, Los relojes se han roto (Ediciones Arlequín, Guadalajara, 2005) y Convivium: Interfaz de Sanación Poética (2020). Ha participado en diferentes encuentros literarios en Estados Unidos, México, Argentina, Francia y España. Sus poemas han sido publicados en revistas literarias como Colorado Poets Center, Confluencia, Hiedra, Hostos Review, Arkansas Review, Santa Rabia, Mood Magazine, Revista Anestesia, etc. Mantiene una página cultural en la revista ViceVersa de New York con entregas semanales de poemas, cuentos, reseñas y crónicas.


Poemas de Paula Giglio*

Ciudad
Del libro En el cuerpo (Ed. Del Dock, 2016, Buenos Aires)



A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires:
la juzgo tan eterna como el agua y el aire.

J. L. Borges

1
Átenme a la ciudad donde nací
porque me vuelo.
¿Qué significa tener la compulsión
de mirar por la ventana?
Desde el espacio
un astronauta observa la Tierra,
y el síndrome de mirarla fijo
se prolonga durante horas.
En la quietud de mi efecto perspectiva
yo veo un puerto, y más allá
la esquina dulce que una vez
caminé indómita.
El primer encontronazo:
un gigante donde el estuario del río
parecía una vena y, llegado un punto,
la sangre de ciudad era el agua del mar.

2
Mi cabeza adopta el tamaño
de la ciudad en donde está.
Aquí la inteligencia es un gesto facial:
en el subte, pareciera que todos
han podido encontrarse a sí mismos.
Eso dicen sus quehaceres
durante el viaje;
cada cual en la suya,
perdido en sus aditamentos.
Individualismo,
dirán los del interior
con tonada rústica.

3
Caminar por San Telmo
se parece a no llegar tarde.
Los borcegos de cuero
comprados recién en la feria
marchan a un ritmo que no sale
de ningún lugar conocido.
Llueve:
todo sigue pero con paraguas.
La humedad intensifica los olores,
incluso el de las bolsas de basura
que están rotas en la vereda.
Esto ya no es un paseo de turista:
es el barrio donde quiero vivir
a pesar de sus contracaras.
Alguna vez, por la calle Defensa,
el pueblo salió a pelear con cacerolas:
sobre eso, la basura nada importa.
Imagino una cotidianidad.
Soy clienta de Verdulería Chicho
y vivo en el edifico de enfrente.
Si me dan vuelto, puedo comprar
alguna antigüedad barata;
y así serían mis domingos.
Así pasa este.


Paula Giglio (1988, Córdoba, Argentina) es Licenciada en Filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Publicó los libros de poesía Ella, naturaleza (Babel, 2012), En el cuerpo (Del Dock, 2016), Un lugar para mis piernas largas (Caleta Olivia, 2018), La risa loca de los ángeles (Liliputienses, 2018) y Hoy llueve en el mundo (Caleta Olivia, 2019). En 2017 participó del XII Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires y de la 33e edición del Festival International de la Poésie de Trois-Rivières, Canadá. En 2018 obtuvo el I Premio Centrifugados de Poesía Joven en España con el libro La risa loca de los ángeles. En 2019, algunos poemas de su libro Un lugar para mis piernas largas fueron traducidos al alemán para la revista Alba, lateinamerika lesen. Actualmente, reside en Buenos Aires.


Poema de Francisco Muñoz Soler*


Ínsula de prosperidad

El hambre, la desesperanza, el desarraigo,
abona el desamparo, cava el ánima,
mientras cantos lejanos de sirenas
prometen un arcoíris en vastas tierras,
una ínsula de prosperidad con puertas abiertas.

Una avalancha de crudeza le sepulta
en La Boca, la hiel le devora la esperanza,
le abraza la intemperie en tierra extraña,

con un hatillo o una carga de hijos
encuentra refugio en un conventillo,
de campesino convivía en un establo
ahora emula su vivir a las palomas,

hacinado en una pieza oscura intentando
esquivar el cólera o la fiebre amarilla,
por el tragaluz del patio deja ir la mirada
en el ancho cielo y con la esperanza
de destruir el bucle de miseria,
retorna el sueño de las Américas,

canta, Mamma mamma, dame cien liras
que a la América quiero ir,
con el pecho hendido de Buenos Aires
y el tesón indesmayable para mejores días,
esquivando la realidad que la codicia
ha convertido su ilusión en quimera.


*Sobre Francisco Muñoz Soler

Francisco Muñoz Soler (1957) es un poeta español con una amplia obra publicada en países como España, Portugal, México, Estados Unidos, India, Cuba, Turquía, Perú, El Salvador y Venezuela, ha sido traducido al inglés, francés, portugués, ruso, turco, árabe, italiano, rumano, macedonio, uzbeko, alemán, búlgaro, assamese, kazajo, hindi y bengalí. Su poesía es intimista, cargada de fina sensibilidad, impactante que invita a la reflexión. Su yo lírico nos ofrece testimonio de su existir, nos muestra un compromiso ético, la existencia de la otredad en sus poemas de crítica social, en la búsqueda de la expresión está su mayor logro. Una poesía universal que se abraza a la sed de justicia, paz y enarbola la bandera del amor. Su obra aparece también recogida en Antologías y en más de un centenar de revistas literarias. Es organizador del Ciclo Poético Plenilunio de Málaga.

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