La rosa orgiástica
yo parí a mi madre y retuve
entre mis manos
sus huesos de pájaro
y esos pobres huesos
crujen
y tratan de elevarse
porque un hijo no es otra cosa que una piedra o una cuchillada sobre el lomo
nadie debió esperarme más que yo mismo
más que mi sombra escondida
todavía
en la memoria del mundo
y si me abrazó el desierto
si el sol cavó en mi carne
fue porque soy proclive a desgastarme contra las cosas
porque veo reinos que se devastan y se construyen
cada vez que aletea
cualquier insecto
y porque yo inclino mi testuz ante lo instantáneo
pues sé que lo único que perdura entre los días
es el mineral
indivisible
del misterio
y acaso los huesos desperdigados de lo perdido
que buscamos como perros
o huérfanos
yo parí mi propio nacimiento
soy de una edad labrada en el terror del pájaro
apedreado
mi pena es una rosa orgiástica
Jotaele Andrade